sábado, 26 de noviembre de 2016

Informe de Salem !

Salem, la sola palabra evoca la imagen de brujas, aquelarres, persecuciones y hogueras; de persistencia, de lucha contra el demonio y de un lugar en donde se hizo famosa la confesión cruzada que a partir de entonces se conoce como «cacería de brujas». Sin embargo, muy pocos saben qué fue lo que realmente pasó y aquellos que han averiguado algo no logran ponerse de acuerdo en cuál fue la causa.
Lo que se sabe de la historia es lo siguiente: la mañana del 20 de enero de 1692, en el poblado de Denvers (que entonces era una parroquia del pueblo de Salem) en Nueva Inglaterra, dos niñas la hija, Betty, y la sobrina, Abigail Williams, del ministro de la villa, el reverendo Samuel Parris, empezaron a mostrar ataques, desmayos y comportamientos extraños, afirmando que se sentían afligidas por una presencia sobrenatural, inhumana e invisible.
Los colonos, doctores y autoridades juzgaron que eso era obra del demonio e instaron a las niñas a confesar quién les había causado tales aflicciones. Las niñas acusaron a su nana Tituba, una esclava negra procedente de Barbados que trabajaba en casa de Parris y que les había llenado la cabeza de cuentos y fantasías procedentes de su creencia en religiones primitivas, vudú, apariciones y hechizos; y también a otras dos mujeres: Sarah Good (una mujer pobre que solía pedir dinero o comida a los vecinos y que vagaba por las calles) y Sarah Osburn (una humilde trabajadora que casi no frecuentaba la iglesia).
En febrero de 1692, las tres mujeres fueron examinadas por los magistrados del pueblo, quienes les preguntaron si tenían contacto con el demonio y las exhortaron a confesar para salvarse, ya que si no lo hacían serían condenadas a la horca. Las dos Sarahs lo negaron todo, sólo Tituba confesó ser bruja y haber visto al diablo en forma de cerdo y perro, haber visto el libro del demonio y haber firmado en él. Afirmó, además, que fue su espectro el que la obligó a causar en las niñas esas aflicciones. La corte entera de jueces y parroquianos se quedó sorprendida y fascinada con la narración y la creyó a pie juntillas.
A partir de la confesión de Tituba, las tres mujeres fueron encarceladas en Boston en condiciones realmente precarias, a tal punto que una de ellas (Sarah Osburn) enfermó y murió en prisión. Los relatos corrían de boca en boca, la gente creía todo lo que oía, por lo que pronto otras niñas mostraron los mismos síntomas y acusaron a otras mujeres, lo que dio por resultado una fiebre que condujo a docenas de personas a la cárcel. Para salvarse, los pobladores se culpaban unos a otros de cualquier nimiedad que podía ser considerada brujería.
El problema creció a tal punto que se nombró una corte desde Boston, compuesta por siete jueces, para tratar los casos de brujería. La corte basaba sus veredictos únicamente en las reacciones y las afirmaciones de las niñas afectadas y en marcas que consideraban como estigmas de la brujería (lunares, cicatrices, etcétera). La prueba definitiva era que la misma acusada confesara (aunque fuera empujada a ello para salvar su vida o en todo caso su alma). Asimismo, era necesario que señalaran a otra persona que las hubiera iniciado en el mal. Obviamente de cada juicio surgían más y más sospechosas, y se empezó a condenar a muchísimas personas que eran inocentes.
La fiebre duró varios meses, las últimas ejecuciones fueron el 22 de septiembre, pero los procesos legales continuaron hasta mayo del año siguiente (1693). Después de cinco años, la fiebre de las brujas de Salem había bajado, pero la villa entera estaba arruinada, muchas familias se habían separado y resquebrajado. Además, las cosechas de la región se habían visto seriamente disminuidas y el ganado estaba muerto o había huido. Las casas y las familias estaban devastadas a causa del pánico y el desgaste. Quedó una sombra en el condado, una sombra que aún perdura hoy día.
Pero, ¿qué es lo que realmente pasó? ¿Por qué hubo tantos condenados? ¿Por qué se mató a tanta gente? Y, sobre todo ¿a qué se debieron los ataques de las niñas?
Primero, habría que entender el mundo en el que vivían los colonos de esta región, en la que se habían establecido recientemente provenientes de una Inglaterra que no había querido reformar su iglesia, institución que ellos consideraban mundana y corrupta. Su intención era crear en esta tierra americana un New Bible State en el que sólo los miembros devotos prevalecieran y el mal se combatiera día con día. Ellos estaban seguros de que eran el pueblo escogido para llevar el mensaje de Dios a una tierra que antes estaba en manos del diablo. De hecho Salem es la contracción de la palabra Jerusalem, los colonos pensaban fundar en esta tierra la Nueva Jerusalem.
Atilio Amado