sábado, 17 de diciembre de 2016

La luna en la casona

Fria y oscura és la noche que descubre mi ventana,
como también fria y oscura siento mi alma,
una preciosa luna brillante y solitaria,
me observa y susurra hasta que llega la mañana.  

Dime dulce luna,
si tu desde tu altura,
ves si llegará el amor que de niña deseaba,
y que aún ahora espero sentada,
¿sigo esperando o me meto ya en la cama?  

A día de hoy con mi alma cansada,
cansada de esperar que llegue el que me ama,
el que llene de ilusiones mis miradas
y sepa hacer renacer en mí la esperanza.  

Luna, muéstrame ese angel que si llegara....
haría de mi una mujer afortunada,
pierdo esperanza, paciencia y de vivir la gana,
duermo y la luz de mi corazón se apaga.  

Mueren mis ilusiones desbordadas,
desaparecen mis ganas de ser amada,
mientras yo duermo y no me entero de nada,
pues me cansé de esperar ser amada.  

Noches después apareció en mi ventana,
un chico que venía a darme lo que anhelaba,
mi corazón frío y sin responder bajé la persiana,
esa noche en mis sábanas yo me refugiaba.  

És la noche siguiente y la luna habla,
dirigiendo hacia mí cada una de sus palabras,
mandado por ella fué ese chico a mi ventana,
a salvar la poca luz que en mi alma quedaba.  

Luna que en ésta noche brillas espléndida,
la herida de mi alma está curada, 
pues pasó el tiempo, curó y ya no necesita ser amada,
déjamedormir tranquila y susúrrame hasta que llegue la mañana.
Atilio Amado en la casona